Branding, el arma secreta (no tan secreta) de las empresas
Lo más importante es darle algo más al cliente.
Cuando se habla de grandes empresas, la gente las asocia con algo más que productos o costos, sino con el “alma” de la empresa, ese algo extra que la marca te aporta además de sus productos.
Una de las consecuencias de la mentalidad de corto plazo que lleva a las empresas a no ver más allá de las ventas de ese mes, es que las estrategias de marketing se perciben como algo importante, pero accesorio. Y terminan por no definirse correctamente o, lo más común, se definen pero luego no aplican esa definición a todas sus operaciones.
Si a esto agregamos la falta de experiencia y/o formación, empezamos a entender por qué las empresas se saltan este paso tan importante para el éxito de la empresa.
Entonces… ¿Qué es el branding?
Más allá de la definición de diccionario, el branding es la representación de los valores tangibles e intangibles que la empresa aporta a través de su marca.
En esta definición de la estrategia de branding entran a jugar diversos factores: nombre de la marca (naming), logotipo, el posicionamiento de marca, etc. En otras palabras, es lo que realmente le aporta valor a la empresa, y esto es lo que debería motivar a los directores de marketing a profundizar en este concepto y aplicarlo en su empresa.
La importancia del branding en una empresa es que ayuda a crear un vínculo con la audiencia que vaya más allá de lo que el propio producto pueda conseguir; es decir, añadir factores emocionales que potencien los beneficios que aporten las funcionalidades del producto o servicio.
Esto, además de ayudar a diferenciarnos de la competencia, tiene enormes beneficios para la empresa en forma de mayores ventas, fidelidad a la marca y rentabilidad (entre otras cosas).
Básicamente esta es la importancia fundamental del branding, de aquí se derivan otras cuestiones como posicionamiento de marca, top of mind, valor de la marca y mucho más, pero eso es “harina de otro costal”.
